martes, 1 de abril de 2008

Diez Cosas Terribles Sobre Mí

A modo de castigo autoimpuesto por el abandono en que tengo sumido al blog, he aquí una lista de las peores cosas que en este momento se me ocurren sobre mí (puede que haya algunas peores bloqueadas en el subconsciente…): 
 1. Soy obsesivo compulsivo, diagnosticado y medicado. Aunque actualmente creo no tener manías “extrañas” en otros tiempos llegué a cumplir rituales tales como contar pasos, no caminar sobre determinados tipos de piso, revisar varias veces cada noche las llaves del gas, etc. 
 2. Hace más de un año que no tomo la medicación prescrita por mi psiquiatra ni he regresado a su consulta. 
 3. Sufro de fobia social, lo que hablando pronto y claro significa que cuando quedo “atrapado” entre gente desconocida (centros comerciales, locales, reuniones) me entra un ‘yeyo psicótico’ que me tumba el sistema y me dan ganas de salir corriendo (cosa que suelo hacer con la mayor elegancia posible). 
 4. Soy pesimista por convicción: prefiero esperar siempre lo peor para luego disfrutar del éxito y el alivio cuando las cosas salen bien. 
 5. Mi desarrollo emocional quedó estancado alrededor de los 21 años, así que sigo viviendo como un carajito, gastando la plata en pendejadas sin ocuparme de asegurar “mi vejez” cosa que, aunque distante, se acerca con una rapidez preocupante… 
 6. Soy impulsivo, franco y directo, lo que en otras palabras podría calificarse como ‘ser políticamente incorrecto’ o, con mucha menos delicadeza: ‘ser peogénico’, pero es que me arrechan los códigos eufemísticos con que suelen manejarse las personas hoy en día. 
 7. Creo en las virtudes ejemplarizantes y educativas de la venganza: si alguien me hace daño intencionalmente o perjudica a un ser querido a propósito, no hay poder que me haga olvidar la afrenta y espero con paciencia el momento propicio para defenestrar al coño e madre, cosa en la que es necesario ser cruel y fulminante. Pero es que sólo así se entiende que las malas acciones tienen consecuencias y que hay que tratar a los demás como se quiere ser tratado… 
 8. Soy impaciente e intolerante, sobre todo con la estrechez mental ajena: alguien ‘tapado’ me saca de mis casillas, cosa realmente despreciable pues es un signo de bajeza del que me gustaría desprenderme. 
 9. Por aquello de la identificación, tengo debilidad por la gente ‘rara’ así que mis amigos y gente a la que quiero o admiro, tienen siempre un ‘toque mentolado’ es decir: son tímidos patológicos, conflictivos, locos geniales, depresivos, inteligentes inadaptados, rebeldes sin causa, de lenguas mordaces o algo por el estilo. 
 10. Me encanta anotarme a perdedor, soy militante irredento de causas perdidas y prefiero mil veces jalar escardilla al sol que bolas a la sombra… 
 Aquí tienen pues, amigos y visitantes consecuentes, 10 de las peores cosas que me atrevo a confesar sobre mí.