sábado, 5 de enero de 2008

Capítulos Finales

Uno de los ‘propósitos de enmienda’ para el 2008 es cerrar las historias que dejé pendientes en el blog el año pasado: la de Peralta (el vigilante de la Torre FONDAFA en La Hoyada) y sus muchachos y la de Andrés, el perfecto cuya sola visión era justificación suficiente para toda una vida.

Así que comencemos con la historia del sinvergüenza de Peralta, ¿La recuerdan? Peralta era aquél vigilante de la actual Torre FONDAFA, en el ‘Circuito’ de La Hoyada, que se había ofrecido en la acera como el más descarado de los putos y que resultó ser un caballero de modales impecables, pene diminuto y bolas hermosotas y rubísimas….



Los Muchachos de Peralta y el Jardín de las Hespérides, Vol. IV y Final.

…/…
¿Recuerdan que, luego de gozar lo que se pudo con sus pelotas y al devolverlo a su trabajo, Peralta ofreció conseguirme a otro candidato con mejor dotación entre el grupo de vigilantes que cumplían guardia con él?

Pues bien, me aparqué a varios metros de la entrada del edificio. Los compañeros de Peralta lo esperaban en la puerta conversando y fumando, él se acercó y lo recibieron con risas y gestos de broma. Peralta les habló y en pocos instantes venía de vuelta acompañado por un muchacho delgado y alto que –desde lejos y bajo la poca luz disponible- se veía muy bien.

Llegaron a mi lado y Peralta me dijo desde la ventana, con su sonrisa bonachona: “-Este es”. El muchacho se montó en el carro, efectivamente era bastante guapo: blanco, de ojos y cabellos negros, delgado pero con músculos fuertes y definidos. Eso sí, a diferencia del ‘experto’ de Peralta, este muchacho estaba nerviosísimo, su hablar era entrecortado (aunque correcto) y exhibía esa sonrisa boba que, más que un gesto de gracia, es un indefenso enseñar de dientes.

Mientras conducía al sector de las ‘calles seguras’ traté de calmarlo un poco preguntándole sobre el trabajo, bromeando sobre lo sacrificado que era ‘matar estos tigres’ para completar la quincena y preguntándole si tenía novia, a lo cual –por supuesto- respondió que sí ya que él hacía ‘esto’ sólo por necesidad… Entre tanto, yo iba sobando su bragueta y sacando su camisa del pantalón. No estaba excitado, así que no podía comprobar si Peralta había cumplido con las especificaciones del pedido: “el que lo tenga más grande de todos”… Sin embargo, la parte de su vientre que quedó expuesta al entreabrir su camisa era muy atractiva: un estómago plano, de abdominales delineados y con un caminito de vellos negros que salían del pantalón y se perdían rumbo al pecho.

Llegamos a la ‘calle-guarida’ y sin más demora le abrí el pantalón. La primera imagen me chocó pues me encontré con unos interiores ‘tapa amarilla’ de esos que venden de a cinco por paquete, estampados con arabescos en colores sospechosos y que siempre son de una talla menor a la que dicen pertenecer… No es que me esperase unos Dolce & Gabana sino que unos calzoncillos estampados de preadolescente no me cuadraban para nada con la imagen de un guardia ‘coge marico’.

Salvado el escollo de los interiores, he de reconocer que Peralta se había consagrado como el más confiable y eficaz de los alcahuetes: el muchacho, de 23 años de edad, tenía una verga de buen tamaño, gruesa, venosa, de cabeza grande y de aseo impecable. Su vientre y pecho también eran estupendos, realmente era un chico por encima del promedio. Sin embargo, a diferencia del audaz Peralta que administraba magistralmente un encanto inexistente, este muchacho lucía inseguro e incómodo.

Con mi mamada, su verga tomó un tamaño importante, sin embargo de tanto en tanto se le bajaba, él pedía disculpas y lamentaba no tener a mano alguna revista con mujeres para ayudarse en la faena…

Aquello me pareció alucinante, por grotesco y absurdo, pero realmente lo disfruté. Ninguno de los dos acabó, así que regresé al carajo al edificio, le di el dinero y le pregunté si no habría otro más que quisiera ‘darse una vueltica’….

Claro que hubo, está vez fue el supervisor del grupo, un moreno con cara de vicioso, paloma común y algo engreído. Igual me lo despaché con una buena mamada que disfrutó sin culpa ni falsos halagos. Este me advirtió que el resto de los vigilantes no solo estaban dispuestos a dar el paseíllo, sino que esperaban ansiosos por su turno.

Creo que él sí acabó, yo decidí reservarme para alguno de los siguientes esperando que fuese un mejor ejemplar.

El hombre que siguió era algo mayor, de treinta y tantos. No era tan hermoso como el segundo (el ‘nerviosito’), pero su oferta era ‘correcta’ por decirlo de algún modo. Al igual que los anteriores –incluido Peralta- mostraba una entrepierna impecable, luego supe que se aseaban con especial cuidado al comenzar la guardia para estar ‘siempre listos’ como los boy scouts.

Este último ‘pasajero’ fue el más participativo. Por gusto o experiencia, se movía con cierto arte y sujetaba mi cabeza mientras movía su peluda verga en mi boca. …Acabé casi sin tocarme, con fuertes espasmos y borbotones de leche que empaparon mis pantalones. Él sonrió complacido y se compuso la ropa con rapidez. Al devolverlo, Peralta salió a la acera dando brinquitos como un duende:
-Te falta el último, el chamo está de los más emocionado porque es su primera vez.
-Coño Peralta, creo que ya estuvo bueno por hoy. Toma esto para ti y dale esto al chamito, dile que para la próxima…
-Si va, pero y cómo ¿hacemos?
-Bueno, supongo que siempre están aquí, ¿no?
-No chamo, nosotros rotamos.
-¿No tienes un teléfono dónde llamarte?
-No mi pana, los teléfonos de aquí están pinchaos y nos da paja usarlos para eso.
-Bueno, ¿anotas el mío y me llamas tú?
-Sí va. Pero ¿te vas a acordar de mí?
-Claro panita: ¡Peralta, el bolúo!
-jajaja, así es panita, ese mismo…

Los vigilantes de FONDAFA resultaron ser el mejor servicio de ‘chicos de compañía’ que haya conocido. Casi siempre a mitad de quincena, el ‘Madamo’ Peralta me llamaba al celular y con cálida cordialidad me preguntaba que ‘cuándo pasaba por allá, que si podía esa noche’. Los días en que la necesidad de ellos coincidía con la mía me acercaba al edificio y el buen Peralta me despachaba el pedido adelantado por teléfono, generalmente el ‘nerviosito’ quien, con una porno hetero en pantalla, prodigaba unas penetraciones homosexuales memorables… O sorprendía con algún nuevo espécimen añadido al grupo por algún cambio en el personal.

Curiosamente y aunque insistí en ello con varios candidatos, nunca aceptaron hacer un trío, al parecer les daba vergüenza ser vistos en acción por sus compañeros. Sin embargo todos, de algún modo u otro y más temprano que tarde, terminaban preguntando si sus machetes eran mejores que el de sus compañeros o si ‘lo hacían’ mejor que los demás, a lo que siempre respondía un ‘sí’ aderezado con halagos…

Tiempo después dejé de recibir las llamadas de Peralta. Una noche de ocio y calentura, me acerqué al mentado edificio y, aunque el grupo de vigilantes seguía revoloteando en la puerta de entrada, quien se acercó esa noche no fue Peralta sino un desconocido:
-Buenas noches, qué desea.
-Buenas noches. Amigo, ¿Peralta estará por allí?
-No, Peralta ya no trabaja aquí, lo cambiaron. ¿Para qué lo querías?
-No, es que yo lo conozco y a veces pasaba a pedirle un cigarro …¿Tú tendrás un cigarrillo?
-No pana, yo no fumo.
-Ah …okey, gracias.
-¿Tu no serás ‘fulanito’?
-Sí, soy yo, ¿por qué?
-Peralta nos habló de ti chamo, por acá estamos ‘a la orden’.
-…Muchas gracias. Buenas noches.

Nunca más regresé.

7 comentarios:

Vetado para el amor dijo...

HOLA... ¡FELIZ AÑO 2008!... QUE NOS SIGAS REGALANDO ESOS ESCRITOS TAN SABROSOS... SI YO FUERA TAN BUENO PARA CONTAR HISTORIAS COMO VOS YA ME HABRIA ESCRITO UNOS BUENOS LIBROS... YO, COMO VOS, HICE MI BALANCE CERRÉ CICLOS Y DEJE ABREBOCAS...
ABRAZOS...

Lascivus dijo...

Gracias Vetado, ya he visitado tu blog y estoy al día con el inventario que hiciste: ¡Magnífico!

Juanjo dijo...

tu eras tremendo zangano! jaja.

Lascivus dijo...

Soy juanjo, soy... :o)

Anónimo dijo...

jo también he cerrado circulos este 2008

Lascivus dijo...

Sí Aran, supongo que el de Luis será uno de ellos, y me alegra porque se lo han tomado muy bien, pero lo de contabas sobre ustedes era tan maravilloso que yo estoy como en las telenovelas: esperando un final feliz.

Abrazos,

Unknown dijo...

ahhh por aquí hacen falta unos cuantos guardias "coge maricos"...no hay!!